lunes, 24 de diciembre de 2012

Cita en Grávalos con la Cofradía de los Hermanos del Niño Jesús

Feliz nochebuena y la mejor de las jornadas para todo el que se acerque en este día tan sañalado a este blog eminentemente festivo que hoy va a estar dedicado a la Cofradía de los Hermanos del Niño Jesús de Grávalos que en esta jornada, y atendiendo a una tradición que se inició en 1630, van a iniciar una serie de actividades que tendrán su finalización el día de los Reyes Magos.

LA COFRADÍA

A principios del siglo XVII, un grupo de mozos de Grávalos decidieron agruparse y organizar una serie de actos para celebrar juntos las navidades bajo el manto protector de la Iglesia y en forma de Hermandad religiosa, fundando la Cofradía de los Hermanos del Niño Jesús.

El libro fundacional, que se remonta al 15 de mayo de 1630, se extravió con el paso de los años y las reglas de la Hermandad han llegado a la actualidad gracias a que los previsores cofrades de la época transcribieron al libro segundo (10 de enero de 1741) por miedo a que el primero pudiera perderse o estropearse.
 
Dichas reglas establecen las normas que deben cumplir los Hermanos. así cómo la forma en que se ha de realizar la elección de los 'oficios' (cargos de la Cofradía), las misas que se han de celebrar, los días en los que debe 'arder la cera', las procesiones a las que han de asistir los cofrades o sus obligaciones.
 
LOS ACTOS DEL DÍA 24 DE DICIEMBRE Y SIGUIENTES
 
Hoy es el día de los bailes de los pastores que se celebran en la iglesia. A partir de la jornada de Navidad, 25 de diciembre y hasta el 30 de diciembre, se celebrarán las siguientes actividades: la ronda matinal por todo el pueblo, el baile de las tardes, en el bar Matías, la ronda nocturna por todo el pueblo y finalmente los ensayos de 'Los Brindis' en el lugar escogido por el Mayordomo.
 
Pero fijándonos en la jornada del lunes, 24 de diciembre, en la medianoche, los vecinos de Grávalos acuden a la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. Allí se celebra la misa del gallo que en esta villa tiene un sentido especial, ya que en la liturgia habitual se introduce una escena, conocida como  'el baile de los pastores' que nos hace retroceder varios siglos atrás.
 
En ella, jóvenes del pueblo ataviados como los pastores de antaño, con albarcas, zamarras de piel de oveja, zurrones y cayados, entran en la iglesia danzando y avanzan hasta el altar, donde ofrecen su danza ante la imagen del recién nacido.
 


 

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