miércoles, 26 de junio de 2013

Teorías sobre las vueltas e investigación de la Batalla del Vino

Dos localidades siguen de fiestas grandes, cuales son Nájera y Haro. Rascando un poquito en sus programas festivos, inmediatamente nos damos cuenta de la importancia que para los najerinos tienen sus vueltas y para los jarreros su Batalla del Vino. Hoy nos toca meternos en una tradición y otra para acercarles las claves de las dos.

Vueltas.                    Moisés Torrealba
LAS VUELTAS DE NÁJERA

Tras el almuerzo en estos días se realiza en Nájera lo que ya es una histórica tradición que consiste en estar dando vueltas en corro de forma incansable, durante horas y horas, en una interminable rueda humana. El inicio de las vueltas está fijado en el quiosco del Paseo de San Julián. La música de charanga, machacona y pegadiza, marca el paso y pone el ritmo.

El 29 de junio, celebración de san Pedro y san Pablo, y nuevamente después del almuerzo, se repiten estas vueltas cuyo origen, a falta de una conclusión definitiva, está defendido de idéntica manera, por dos teorías que se han contado de padres a hijos.

Una que afirma que su origen se remonta a los tiempos de los berones o celtas, siendo una reminiscencia de las fiestas paganas de culto al sol y al fuego en el solsticio de verano.

La otra que se se fija en los desfiles que los militares realizaban a la entrada de la ciudad, posiblemente en tiempos de las guerras carlistas y tras el regreso de alguna victoria de los campos de batalla.


San Felices.            Moisés Torrealba
LA BATALLA DEL VINO

La otra batalla nos la describe Domingo Hergueta y Martín en su libro "Noticias de la muy noble y muy leal ciudad de Haro", editado en 1906 por la imprenta Sáenz-López de Haro, indicándolos que el Regidor Síndico, que asume simbólicamente el papel de Alcalde en funciones durante el tiempo festivo, abre la comitiva a caballo para llegar a la ermita que habitó san Felices en los Riscos en el siglo V. Tras colocar el pendón de la ciudad en lo más alto de las peñas, comienza la misa a la que sigue la Batalla del Vino. Una batalla pacífica en la que todos contra todos se lanzan vino sin descanso utilizando armas como botas, cubos o sulfatadoras, pues todas son igual de válidas, transformando la zona en un espectáculo impresionante. Después de la batalla, cuando s e acerca el mediodía, los romeros regresa a la ciudad para dar las vueltas a la plaza de la Plaza.

Esta fiesta está declarada de Interés Turístico en 1980 por Resolución de la Secretaria de Estado de Turismo; de Interés Turístico Regional en 1988 por el Gobierno de La Rioja y de Interés Turístico Nacional desde el 22 de marzo de 2011 por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

Como tiene escrito Fernando de la Fuente en su obra "Temas jarreros", el origen de esta batalla tan singular procede de na romería del sigo VI que nación de una forma desorganizada para rendir tributo a san Felices y que se ha venido manteniendo hasta la actualidad. No se tiene constancia de que esta fiesta fuera denominada Batalla del Vino hasta 1949, desmintiendo de esta forma que el origen de la misma se deba, como siempre se había indicado, a los pasados litigios que ene su momento tuvo Haro con sus vecinos de Miranda de Ebro.




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