San Felices. Moisés Torrealba |
Esta batalla, la del Vino, nos la describe Domingo Hergueta y Martín en su libro "Noticias de la muy noble y muy leal ciudad de Haro", editado en 1906 por la imprenta Sáenz-López de Haro, indicándolos que el Regidor Síndico, que asume simbólicamente el papel de Alcalde en funciones durante el tiempo festivo, abre la comitiva a caballo para llegar a la ermita que habitó san Felices en los Riscos en el siglo V. Tras colocar el pendón de la ciudad en lo más alto de las peñas, comienza la misa a la que sigue la Batalla del Vino. Una batalla pacífica en la que todos contra todos se lanzan vino sin descanso utilizando armas como botas, cubos o sulfatadoras, pues todas son igual de válidas, transformando la zona en un espectáculo impresionante. Después de la batalla, cuando s e acerca el mediodía, los romeros regresa a la ciudad para dar las vueltas a la plaza de la Plaza.
Esta fiesta está declarada de Interés Turístico en 1980 por Resolución de la Secretaria de Estado de Turismo; de Interés Turístico Regional en 1988 por el Gobierno de La Rioja y de Interés Turístico Nacional desde el 22 de marzo de 2011 por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Como tiene escrito Fernando de la Fuente en su obra "Temas jarreros", el origen de esta batalla tan singular procede de la romería del sigo VI que nació de una forma desorganizada para rendir tributo a san Felices y que se ha venido manteniendo hasta la actualidad. No se tiene constancia de que esta fiesta fuera denominada Batalla del Vino hasta 1949, desmintiendo de esta forma que el origen de la misma se deba, como siempre se había indicado, a los pasados litigios que ene su momento tuvo Haro con sus vecinos de Miranda de Ebro.
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