sábado, 1 de marzo de 2014

San Emeterio y san Celedonio en Calahorra

Fiestas de san Emeterio y san Celedonio en Calahorra con una programación para hoy domingo, 2 de marzo, que se inicia a las 09.00 h con las dianas, sigue a las 10.00 h con el segundo encierro y a su finalización capea en la plaza de toros.
 
Desde las 10.15 h mañanitas por el Casco Antiguo, a las 11.00 h chocolatada y una hora después salida de la peque-charanga. A partir de las 12.30 h, salida de comparsa de Gigantes y Cabezudos y degustación de zurracapote, junto a los distintos vermús musicales. 12.50 h es la hora para el encierro infantil, y las 13.00 h la degustación de choricillo en el paseo del Mercadal, seguida de la degustación de calderetes (14.00 h) en la plaza del Raso. Ya por la tarde, podemos acudir al concurso internacional de recortadores en la plaza de toros, tres en raya humano, (17.30 h), fiesta infantil (18.00 h), master class de batucada (18.30 h) y batucada (19.00 h), para seguir con las rondas y salidas de las peñas (desde las 19.00 h), degustación de zurracapote (20.30 h), teatro en el Ideal con 'La importancia de llamarse Ernesto' (21.00 h), toros de fuego (22.30 h), degustación de chocolate caliente (0.30 h) y fiesta DJ (02.30 h)
 
LA VIDA DE LOS SANTOS
 
Emeterio y Celedonio fueron hijos del centurión, y también mártir, Marcelo, y de Nona, que llegaron a convertirse en patronos de León. Estos dos soldados romanos llegaron a Calahorra con la VII Legión romana a finales del siglo III, siendo honrados con la condecoración romana, de origen galo, llamada ‘torques’ por méritos al valor, al arrojo guerrero y la disciplina marcial.
 
Cuando se inició la persecución de los cristianos por orden, entre otros, del emperador Diocleciano, ambos, seguidores de la fe de Cristo, decidieron entregarse al procónsul de Calahorra y aunque fueron encarcelados y torturados nunca renunciaron a su fe, por lo que finalmente fueron condenados a morir decapitados a la orilla del río Cidacos, un 3 de marzo del año 300.
 
La leyenda ha venido manteniendo que, antes de morir, Emeterio lanzó al aire su anillo y Celedonio su pañuelo, y ambos objetos ascendieron hacia el cielo a la vista de todos los presentes.

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