martes, 30 de abril de 2013

Comenzamos un nuevo mes y recordamos el 'mayo'

El último día del mes de abril, se plantan los 'mayos' para recibir al nuevo mes, una tradición popular de orígenes ancestrales.


Esta celebración que se realiza en primavera se suele hacer coincidir con el primer domingo de mayo y antiguamente tenía connotaciones rituales totémicas a la divinidad primaveral o de los árboles, que se han ido olvidando con el paso de los años.

En la península Ibérica se celebran en casi todas las regiones y se suele hacer en la noche del 30 de abril al 1 de mayo. La 'maya' o el 'mayo' es un tronco o palo alto, preferiblemente de chopo, que se alza en la plaza y donde concurrían los mozos y mozas a divertirse con bailes y festejos. Los jóvenes competían por trepar por el árbol hasta llegar a la parte superior donde debían de coger una bandera, mientras las muchachas les animaban bailando y cantando en torno al árbol.

Los orígenes de esta fiesta se remontan a las antiguas civilizaciones de los fenicios y a los griegos con los que manifestaban su adoración a sus dioses y lo que estos significaban en fiestas conmemorativas de exaltación de acontecimientos que para aquellos hombres tenían trascendencia, tales como los cambios de estaciones. La fiesta mayumea fenicia exaltaba la primavera.

Esas costumbres fueron asimiladas por nuevas civilizaciones prerromanas, como la celta. La festividad celta de Beltane marcaba el comienzo de la temporada del verano pastoril cuando las manadas de ganado se llevaban hacia donde había pastos, de forma especial las montañas. De ahí la adoración de los fenómenos terrenales: tierra, mar y aire.

Esta tradición fue asimilada por los romanos en su adoración y culto a multitud de dioses. Todo poblado romano tenía además de los dioses oficiales los propios autóctonos. En Hispania se adoraba a la diosa Bona Dea también llamada Maya, Maia o Fauna diosa de la fertilidad en la mitología romana en cuyo honor se celebraba la llegada de la primavera.

En La Rioja, esta costumbre se sigue manteniendo en la localidad de Castañares de Rioja y en Lardero donde los niños se han ocupado de ir preparando el 'mayo', en este caso un armazón cónico forrado con hojas de chopo, flores y banderitas, que pasearán por el pueblo en la mañana del 1 de mayo, al son del cantar con el que piden chorizo, huevos, dinero y rosquillas, que son obsequiados por los vecinos. Si la aportación es del gusto de la chavalería, les cantan diferentes canciones.

Estos mayos son expuestos en la plaza del Ayuntamiento en donde se celebra un concurso en el que los ganadores son premiados con dinero y la tradicional cesta de mimbre llena de chorizos, huevos y rosquillas. La jornada termina con la subida de las cuadrillas a las Bodegas para reunirse en torno a la gastronomía riojana.

De Lardero es esta canción: Ya ha llegado mayo, ya ha pasado abril/para que los niños, salgan a pedir./Chorizos y huevos, perras y rosquillas/todos recibimos, en esta cuadrilla./Este mayo que llevamos, es muy hermoso/y el que lo toque, se queda giboso./Giboso por delante, giboso por detrás,/y el que lo toque, giboso se hay quedar", a lo que se añaden dos opciones de despedida, la generosa que dice: "Ya nos despedimos, de esta buena casa/que sean felices, y muchas gracias", y la despedida tacaña: "Ya nos despedimos, de esta mala casa/que tengan muchos hijos, y pocas patatas".




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