Con mis humildes disculpas por haber faltado durante unos días a esta cita con las fiesta y tradiciones de La Rioja, aunque es lo que tiene el depender de Internet para entrar en contacto con mis lectores y al mismo tiempo con el agradecimiento porque a pesar de no haber realizado ninguna entrada nueva, sigan acudiendo de forma masiva a este punto de encuentro, volvemos a la tarea de seguir de guía para todo aquel que desee recorrer nuestra Comunidad de fiesta en fiesta.
No obstante estamos en unos días digamos de espera ante lo que nos viene, de forma especial en la última semana de este mes de agosto, una espera que nos va a servir para anticipar una serie de fiestas que se van a celebrar en muy diferentes localidades de esta región, y que todas atienden con el genérico de las fiestas de acción gracias. No son como las americanas, es decir una celebración que se enmarca en una jornada, es de carácter familiar y amigos que se reúnen para degustar un pavo con sus diferentes rellenos.
Muy al contrario las fiestas de acción de gracias riojanas y tenemos que decir también europeas, tienen su germen en los ciclos del campo, es decir de las cosechas y justo a finales de agosto, principios de septiembre hay que celebrar lo que todos desean que hayan sido una buena cosecha de los diferentes productos agrarios.
De esta forma, y año tras año, localidades como Aguilar del Río Alhama, Canales de la Sierra, Daroca de Rioja, Gallinero de Cameros, Gallinero de Rioja, Gimileo, Grañón, Herramélluri, Hormilla, Hormilleja, Hornillos de Cameros, Jubera, Laguna de Cameros, Leiva, Matute, Ojacastro, Ollauri, Sajazarra, San Torcuato, Santurdejo, Tobía, Treviana, Valgañón, Villar de Torre, Villaverde de Rioja, Zaldierna y Zarzosa, que nosotros tengamos registradas, vivirán un año más sus fiestas de Gracias o de Acción de Gracias.
SAN BARTOLOMÉ
No obstante, antes de estas fiestas, el 25 de agosto está marcado en rojo pues celebraremos a san Bartolomé en diferentes pueblos riojanos, lo ue a nosotros nos sirve para recordar que Bartolomé fue uno de los Apóstoles de Jesús. Es mencionado en los tres evangelios sinópticos, en compañía siempre de Felipe, y del que Santiago de la Vorágine afirma que “se mantuvo ajeno al amor de las cosas en este mundo, vivió pendiente de los amores celestiales y toda su vida permaneció apoyado en la gracia y auxilio divino, no sosteniéndose en sus propios méritos sino sobre la ayuda de Dios”.
Su martirio y muerte se atribuyen a Astiages, rey de Armenia y hermano del rey Polimio que san Bartolomé había convertido al cristianismo. Como los sacerdotes de los templos paganos, que se estaban quedando sin seguidores, protestaran ante Astiages de la labor evangelizadora de Bartolomé, Astiages mandó llamarlo y le ordenó que adorara a sus ídolos, tal como él había hecho con su hermano. Ante la negativa de Bartolomé, el rey ordenó que fuera desollado vivo en su presencia hasta que renunciase a su Dios o muriese.
San Bartolomé es el patrón de aquellos que trabajan las pieles, fabrican o usan cuero, guantes, abrigos, cinturones y botas. También de las modistas por llevar su piel sobre los brazos. Es sanador de las convulsiones, crisis espasmódicas y enfermedades nerviosas en general.
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